El eje intestino-cerebro es esencial para entender la interacción entre los microbios y nuestro cuerpo, y va mucho más allá de las emociones. La serotonina, un neurotransmisor conocido por su papel en la regulación del estado de ánimo y la felicidad, se produce principalmente en el intestino. Allí, se secreta en la luz intestinal y luego se elimina a través del transportador de serotonina, SERT.

El Papel de la Serotonina en la Protección Contra Patógenos
El artículo “The Serotonin Neurotransmitter Modulates Virulence of Enteric Pathogens” explora cómo la serotonina modula la virulencia de patógenos entéricos, específicamente E. coli enterohemorrágica (EHEC) y Citrobacter rodentium. Se ha demostrado que la serotonina disminuye la expresión de genes de virulencia en estos patógenos. A nivel de los enterocitos, el aumento de serotonina reduce la expresión de receptores específicos para los factores de virulencia bacterianos, lo que protege al organismo de la capacidad de estas bacterias para causar infecciones.
Implicaciones Clínicas
Por el contrario, la inhibición de la síntesis de serotonina puede incrementar la patogénesis de estas bacterias, demostrando que la serotonina tiene un papel protector en el intestino que va más allá de su conocido efecto sobre el estado de ánimo. Este descubrimiento subraya la importancia del eje intestino-cerebro no solo en la regulación emocional, sino también en la defensa contra patógenos intestinales.
Explorando el Eje Intestino-Cerebro
¡El eje intestino-cerebro es fascinante! Su influencia es mucho más amplia de lo que se pensaba, abarcando no solo la salud mental sino también la protección física contra infecciones.

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