La fitoterapia o herbolaria médica profesional es la síntesis de la sabiduría milenaria de las plantas medicinales de uso tradicional en todo el mundo con las biociencias médicas modernas y la fitoquímica. Los fitoterapeutas aplican la curación con plantas medicinales, así como la prevención y la promoción del bienestar con recetas hechas a medida para adaptarse a un paciente en particular. El estilo de vida y el asesoramiento dietético también son fundamentales para cumplir los objetivos terapéuticos de la fitoterapia.
Origen de la fitoterapia
La humanidad ha usado plantas para curar una gran cantidad de enfermedades durante miles de años. De hecho, una de las primeras piezas que evidencian los orígenes de la fitoterapia es el papiro de Ebers (llamado así por el egiptólogo alemán que lo tradujo) que enumera cientos de plantas y que datan alrededor del año 1500 antes de Cristo. Mucho más tarde, en el siglo IX, el rey francés Carlomagno instruyó a los monasterios y abadías a cultivar plantas medicinales para el tratamiento de pacientes.
El conocimiento de sus ingredientes activos y propiedades terapéuticas se aceleró en el siglo XIX. Los avances en el campo de la química llevaron a aislar e identificar ciertos compuestos: este fue el caso de la morfina, que se obtiene de las amapolas de opio y ahora es un fármaco de alivio del dolor estándar creado con la síntesis química; o la codeína, otra molécula obtenida de las amapolas que se usa para aliviar el dolor y la tos.
Progresivamente, farmacólogos e investigadores identificaron y probaron nuevas moléculas de plantas para evaluar su comportamiento farmacológico. El concepto de fitoterapia se originó cuando el médico francés, Henri Leclerc, utilizó el término por primera vez en 1913 y publicó varias ediciones del Précis de Phytothérapie “Manual de Fitoterapia”, cuya primera edición fue publicada en 1922. La fitoterapia se publicó con su definición común en 1934, después de ser presentada por Eric Frederick William Powell, quien era practicante de herbalismo y homeopatía.
Aplicaciones de la fitoterapia
La fitoterapia engloba una gran variedad productos vegetales que tienen diferentes propiedades. La forma de usarlos es esencialmente con soluciones líquidas o de pastillas con extractos de la planta, aunque muchas de las hierbas populares se han empleado tradicionalmente en infusiones, como por ejemplo la cola de caballo. Con las hierbas medicinales también se han creado lociones, cremas y pomadas para el uso tópico y predecir y curar afecciones de la piel.
Con un tratamiento de fitoterapia puede tratarse cualquier dolencia o enfermedad ya que sus aplicaciones son innumerables. En los países occidentales sus usos se centran en:
- Afecciones poco graves: cefaleas, dermatitis y molestias menstruales.
- Algunas enfermedades crónicas: ansiedad, hipertensión, depresión, ansiedad, diabetes, asma, artritis e hipertensión.
- Tratamiento de síntomas concretos: astenia, dolores de huesos, picores, etc.
Hierbas medicinales modernas
Incluso en la actualidad, las hierbas medicinales tradicionales, como los tés, se usan en base a los muchos años de experiencia positiva que las personas han tenido con estas. La investigación en el campo de las plantas medicinales también ha dado grandes saltos. Al igual que sus contrapartes producidas sintéticamente, las modernas hierbas medicinales basadas en evidencia se someten a numerosos estudios clínicos y toxicológicos para determinar su efectividad y seguridad.
La medicina herbal tradicional tiene sus raíces en la experiencia y la observación. La fitoterapia basada en la evidencia científica se basa en los siglos de observaciones empíricas, las analiza y las mejora aún más utilizando métodos médicos modernos.
Prueba de eficacia y seguridad
Muchas hierbas medicinales son altamente efectivas y tienen relativamente pocos efectos secundarios, pero esto debe ser probado antes de que los fitofarmacéuticos se puedan vender. Esto es importante para la seguridad porque las sustancias botánicas también pueden tener efectos colaterales e interacciones. Cabe señalar que algunas de las toxinas y agentes activos más potentes provienen de las plantas. Por ejemplo, los glucósidos digitálicos, que son producidos por la planta dedalera son tóxicos, pero en dosis bajas pueden usarse para producir medicamentos altamente efectivos y tratar enfermedades cardíacas.
Los fitofármacos están sujetos a los estándares muy estrictos. Cada etapa está estrictamente controlada y regulada, desde la extracción altamente precisa del material vegetal utilizado en el proceso de producción hasta el medicamento final aprobado. Para verificar que funcionan, se realizan estudios para determinar la efectividad y la seguridad.
A menudo también se debe abordar una amplia gama de otras preguntas antes de lanzarlas al mercado, por ejemplo: Qué partes de la planta se usarán para producir el medicamento, dónde se cosechan las plantas, cómo se administrará (por ejemplo, comprimidos recubiertos con película, gotas, cápsulas), cuál es la dosis ideal y cómo se regulan los respectivos extractos de plantas.
FUENTE: DIARIDETARRAGONA