Bian Que fue un renombrado médico que se sitúa entre los siglos V y IV antes de nuestra era. Si bien no existe un documento de la época que lo avale, se suele asumir que fue Bian el primero en emplear y recomendar el empleo de trece puntos para el tratamiento de los pacientes que presentaban accesos o padecían de lo que la tradición llamó Dian Zheng o “locura tranquila” y Kuang Zheng o “locura agitada”.
Alguno de los diversos nombres que se daba a cada uno de los trece puntos empleados por Bian Que comenzaba con el vocablo “Gui”, lo que favoreció que se acuñaran denominaciones tales como las de “puntos demoníacos” y “puntos fantasma” como consecuencia de su traducción. Esto, unido a la comprensión muchas veces incompleta del pensamiento médico tradicional chino y al íntimo sentido que la palabra demonio tenía en la china antigua, ha propiciado que no pocos autores occidentales interpreten que, en la medicina china clásica, se atribuían los trastornos de nivel psicótico a la influencia o penetración en el organismo de fantasmas o demonios.
Con independencia de la concepción del mundo y de las creencias de cada autor, para el pensamiento médico clásico chino, lo que se ha interpretado como fantasma o demonio aludía, en este caso específico, a lo imaginario, a lo inexistente. Por solo citar dos ejemplos, en varios textos relacionados con el amor y la sexualidad se mencionan frases tales como “copular, yacer o montar fantasmas”.
Con esto se hacía referencia a la masturbación, a los sueños eróticos, a la polución nocturna y a otras fantasías solitarias de esa naturaleza.
Por su parte, Huang Fu Mi, eminente médico que vivió entre los años 215 y 282, en el capítulo primero del 7º libro de su obra Jia Ji Jing, dedicado a las “Lesiones por Frío y Enfermedades Febriles por afecciones de los Seis niveles”, se refiere al encanto, hechizo o fascinación que pueden presentarse en estados de excitación de carácter psicótico de estas afecciones empleando la frase “con apariciones de fantasmas o espectros”.
A su vez, en los textos clásicos a partir del Su Wen, cada vez que se alude a trastornos mentales severos, locura u otras designaciones semejantes, entre sus causas no se incluyen ni fantasmas ni demonios. En su etiología, se invocan factores patógenos externos, endógenos y Bu Nei Wai Yin. Incluso, en el capítulo 47 del Su Wen, al mencionar la etiología de ciertos trastornos mentales, se hace referencia a las alteraciones emocionales de la madre durante el embarazo que afectan la esencia y el Yang del feto.
Las alusiones a fantasmas en la MTC cuando se trata de desórdenes mentales, indican la presencia de alucinaciones, alucinosis e ilusiones en el cuadro clínico.
Así, cuando se dice “los fantasmas no se retiran de inmediato”, se alude a la paulatina remisión de las alucinaciones.
Cuando describen una modalidad de la patoplastia con la frase “obsesión por fantasmas perversos o demonios malignos”, se están refiriendo a un cuadro alucino-delirante presumiblemente con ideas de daño y otras características similares.
Si hablan de “ver fantasmas”, nos están diciendo “alucinaciones visuales”.
En buena medida, estas denominaciones reflejan también la manera en que los pacientes referían sus síntomas y vivencias dentro de su contexto cultural concreto.
La asociación de los “fantasmas” con manifestaciones en el pulso y en la lengua, entre otros signos, el atribuirlos a factores etiológicos concretos, así como vincular su desaparición con la ingestión de medicamentos, con puntos acupunturales y con manipulaciones instrumentales específicas, no permiten siquiera sospechar que la concepción médica tradicional china de estos trastornos se asentará en un fundamento mítico-mágico.
Algunos autores atribuyen a Sun Si Miao (581-682) la descripción y empleo de estos trece puntos. Sin embargo, si bien llegan hasta nuestros días gracias a una obra de este autor llamada Bei Ji Qian Jin Yao Fang , Sun Si Miao confiesa no hacer otra cosa que transcribir lo que al respecto se atribuye a la autoría de Bian Que.
Los Puntos
Existen 34 nombres para designar 23 puntos que tienen alguna denominación que comienza con el vocablo “Gui”.
Esta voz puede traducirse como “demonio, fantasma, espectro, aparecido y alma en pena”.
Estos puntos, ordenados alfabéticamente según el nombre que lleva el vocablo “Gui” son:
- Gui Cang, Ren-1
- Gui Cang, Yin Nang Xia (Extra.)
- Gui Chen, IG-11
- Gui Chuang, E-4
- Gui Chuang, E-6
- Gui Gong, Du-26
- Gui Ke Gong, Du-26
- Gui Ke Ting, Du-26
- Gui Ku, Pc-8
- Gui Ku, Pc-5
- Gui Lei, B-1
- Gui Lin, Du-16
- Gui Lin, E-6
- Gui Lu, Du-28
- Gui Lu, V-62
- Gui Lu, Pc-5
- Gui Lu, Pc-8
- Gui Men, Du-22
- Gui Shi, Du-26
- Gui Shi, Ren-24
- Gui Shou, P-5
- Gui Tang, Du-23
- Gui Tang, P-5
- Gui Tui, IG-11
- Gui Yu, Shi Xuan (Extra.)
- Gui Xie, IG-10
- Gui Xie, E-36
- Gui Xin, P-10
- Gui Xin, Pc-7
- Gui Xin, P-11
- Gui Xin, P-9
- Gui Xue, Du-16
- Gui Yan, B-1
- Gui Zhen, Du-16
Alguno de los diversos nombres que se daba a cada uno de los trece puntos empleados por Bian Que comenzaba con el vocablo “Gui”, lo que favoreció que se acuñaran denominaciones tales como las de “puntos demoníacos” y “puntos fantasma” como consecuencia de su traducción. Esto, unido a la comprensión muchas veces incompleta del pensamiento médico tradicional chino y al íntimo sentido que la palabra demonio tenía en la china antigua, ha propiciado que no pocos autores occidentales interpreten que, en la medicina china clásica, se atribuían los trastornos de nivel psicótico a la influencia o penetración en el organismo de fantasmas o demonios.
Con independencia de la concepción del mundo y de las creencias de cada autor, para el pensamiento médico clásico chino, lo que se ha interpretado como fantasma o demonio aludía, en este caso específico, a lo imaginario, a lo inexistente. Por solo citar dos ejemplos, en varios textos relacionados con el amor y la sexualidad se mencionan frases tales como “copular, yacer o montar fantasmas”.
Con esto se hacía referencia a la masturbación, a los sueños eróticos, a la polución nocturna y a otras fantasías solitarias de esa naturaleza.
Por su parte, Huang Fu Mi, eminente médico que vivió entre los años 215 y 282, en el capítulo primero del 7º libro de su obra Jia Ji Jing, dedicado a las “Lesiones por Frío y Enfermedades Febriles por afecciones de los Seis niveles”, se refiere al encanto, hechizo o fascinación que pueden presentarse en estados de excitación de carácter psicótico de estas afecciones empleando la frase “con apariciones de fantasmas o espectros”.
A su vez, en los textos clásicos a partir del Su Wen, cada vez que se alude a trastornos mentales severos, locura u otras designaciones semejantes, entre sus causas no se incluyen ni fantasmas ni demonios. En su etiología, se invocan factores patógenos externos, endógenos y Bu Nei Wai Yin. Incluso, en el capítulo 47 del Su Wen, al mencionar la etiología de ciertos trastornos mentales, se hace referencia a las alteraciones emocionales de la madre durante el embarazo que afectan la esencia y el Yang del feto.
Las alusiones a fantasmas en la MTC cuando se trata de desórdenes mentales, indican la presencia de alucinaciones, alucinosis e ilusiones en el cuadro clínico.
Así, cuando se dice “los fantasmas no se retiran de inmediato”, se alude a la paulatina remisión de las alucinaciones.
Cuando describen una modalidad de la patoplastia con la frase “obsesión por fantasmas perversos o demonios malignos”, se están refiriendo a un cuadro alucino-delirante presumiblemente con ideas de daño y otras características similares.
Si hablan de “ver fantasmas”, nos están diciendo “alucinaciones visuales”.
En buena medida, estas denominaciones reflejan también la manera en que los pacientes referían sus síntomas y vivencias dentro de su contexto cultural concreto.
La asociación de los “fantasmas” con manifestaciones en el pulso y en la lengua, entre otros signos, el atribuirlos a factores etiológicos concretos, así como vincular su desaparición con la ingestión de medicamentos, con puntos acupunturales y con manipulaciones instrumentales específicas, no permiten siquiera sospechar que la concepción médica tradicional china de estos trastornos se asentará en un fundamento mítico-mágico.
Algunos autores atribuyen a Sun Si Miao (581-682) la descripción y empleo de estos trece puntos. Sin embargo, si bien llegan hasta nuestros días gracias a una obra de este autor llamada Bei Ji Qian Jin Yao Fang , Sun Si Miao confiesa no hacer otra cosa que transcribir lo que al respecto se atribuye a la autoría de Bian Que.
Los Puntos
Existen 34 nombres para designar 23 puntos que tienen alguna denominación que comienza con el vocablo “Gui”.
Esta voz puede traducirse como “demonio, fantasma, espectro, aparecido y alma en pena”.
Estos puntos, ordenados alfabéticamente según el nombre que lleva el vocablo “Gui” son:
- Gui Cang, Ren-1
- Gui Cang, Yin Nang Xia (Extra.)
- Gui Chen, IG-11
- Gui Chuang, E-4
- Gui Chuang, E-6
- Gui Gong, Du-26
- Gui Ke Gong, Du-26
- Gui Ke Ting, Du-26
- Gui Ku, Pc-8
- Gui Ku, Pc-5
- Gui Lei, B-1
- Gui Lin, Du-16
- Gui Lin, E-6
- Gui Lu, Du-28
- Gui Lu, V-62
- Gui Lu, Pc-5
- Gui Lu, Pc-8
- Gui Men, Du-22
- Gui Shi, Du-26
- Gui Shi, Ren-24
- Gui Shou, P-5
- Gui Tang, Du-23
- Gui Tang, P-5
- Gui Tui, IG-11
- Gui Yu, Shi Xuan (Extra.)
- Gui Xie, IG-10
- Gui Xie, E-36
- Gui Xin, P-10
- Gui Xin, Pc-7
- Gui Xin, P-11
- Gui Xin, P-9
- Gui Xue, Du-16
- Gui Yan, B-1
- Gui Zhen, Du-16
Dr. Marcos Díaz Mastellari Presidente de la Sociedad Cubana de Medicina Bioenergética y Naturalista.