Abordaje Naturopático del virus del Herpes

23 01 2023

Es común encontrarnos en consulta clientes que acuden de forma desesperada buscando una solución ante sus brotes de herpes. Sobre todo, en esta temporada en la que el frío, el estrés y los excesos de las navidades han puesto en jaque a nuestro sistema inmunológico.

Tenemos que entender que el herpes es una infección viral frecuente que puede ser producido por diferentes virus. Aunque su manifestación más común es en los labios, el virus puede manifestarse también en la zona genital masculina o femenina, o en el tronco.

Por un lado, empezaremos hablando del herpes labial, el cual, es una infección que suele estar causada por el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1), aunque también puede estar causada por el virus del herpes simple tipo 2 (HSV-2). Este virus va a manifestarse mediante pequeñas ampollas llenas de líquido que aparecen sobre los labios o alrededor

de ellos. Estas ampollas tenderán a romperse vaciando su líquido y formando una costra que puede durar varios días.

El herpes es contagiado al contacto cuando el virus está activo, pudiendo ser trasmitido a otra persona en la zona bucal o incluso a la zona genital mediante el sexo oral, manifestándose la patología con igual sintomatología en esta zona. El herpes simple tipo 1 y tipo 2, por tanto, pueden provocar herpes bucal o genital de forma indistinta y con igual sintomatología, pudiendo estos ser contagiados de zona genital a zona genital, de zona oral a zona genital, de zona genital a zona oral y de zona oral a zona oral.

Por otro lado, tenemos el herpes Zoster que es causado por el virus de la Varicela-Zoster (mismo virus que causa la varicela) y los brotes que suceden por este virus se deben a una reactivación del virus que ha quedado silente tras la primera infección de varicela. El herpes Zoster aunque puede brotar en cualquier parte del cuerpo, suele ser más común que se sitúe en los costados.

Si bien, todas las infecciones de herpes suelen cursar solamente con los síntomas que hemos mencionado, puede ser que durante la primera exposición al virus y el primer brote, cursemos además con:

dolor, ardor o picor
sensibilidad al tacto
posible aparición de Fiebre
dolores de cabeza
fatiga
dolor muscular

Una vez que hemos sido infectados por el virus, no hay posibilidad de cura total, ya que este se mantiene de forma silente en las terminaciones nerviosas y se activa cuando hay cambios significativos en el entorno de la persona. Es, por tanto, común que aquellas personas que han sido contagiadas, tengan varios brotes a lo largo de su vida.

El herpes en estado silente no genera ningún tipo de alteración para la persona, siendo solo perceptible las alteraciones de este virus cuando se activa (estado latente). Múltiples pueden ser los factores que activen el virus, aunque podemos citar:

estrés
bajada de defensas
cambios de temperatura
trastornos hormonales
cambios en la homeostasis de la zona

Así pues, ¿Qué medidas podemos tomar para prevenir los brotes? O ¿Qué medidas podemos adoptar cuando la persona sufre un brote?

Vitamina A: Los niveles bajos de vitamina A se relacionan directamente con una deficiencia del sistema inmune y hacen a las personas más propensas a contraer enfermedades infecciosas. Los bajos niveles de vitamina A son un factor de riesgo a enfermar de virus. La deficiencia de vitamina A reduce la respuesta de los linfocitos T y B, una reducción de la fagocitosis y perjudica la formación de IgA. (1, 2, 3). La suplementación con esta vitamina, por tanto, nos puede ayudar a potenciar el sistema inmunológico y reducir los brotes.
Vitamina D: La vitamina D es un potenciador del sistema inmune, además de estar presente en mecanismos relacionados con las células T, las células presentadoras de antígeno, las células dendríticas y los macrófagos. (4, 5, 6). Por tanto, exponernos al sol o aumentar el consumo de alimentos con esta vitamina puede ayudarnos sobre todo en reducir el tiempo en el que el virus está activo, mejorando la recuperación y haciendo que el brote sea menos grave.
Vitaminas B6: Una deficiencia de esta vitamina conlleva una disminución y pérdida de calidad de los anticuerpos producidos. La suplementación con vitamina B6 aumenta la proliferación de linfocitos y la producción de interleuquinas-2. (7,8). La suplementación con estas vitaminas reducirá el tiempo en el que el virus está activo, mejorando el funcionamiento de las células inmunológicas encargadas de su destrucción.
Vitamina C: Ha demostrado tener propiedades antivíricas y antibióticas directas, pero su acción más directa se debe a mejorar la resistencia del paciente. Activa los linfocitos, incrementa los niveles de interferón, mejora la respuesta del anticuerpo, aumenta los niveles de inmunoglobulinas. (9, 10). Estudios han demostrado significativamente que la ingesta de vitamina C protege de las infecciones víricas, disminuye los síntomas y acelera la recuperación. (11)

Lisina: Un suplemento de lisina durante al menos 2 meses con una dieta baja en arginina demostró disminuir significativamente la frecuencia de recurrencia del herpes frente a grupos placebo. (12) (Enlace a estudio y tablas de alimentos con lisina y arginina)
Zinc: Los iones de zinc han demostrado inhibir la replicación del HSV-1 y 2 de forma eficaz. Suplementos de zinc ayudan a reducir los síntomas, de igual forma que las aplicaciones tópicas. (12)
Li: El litio ha demostrado tener acciones antireplicantes del virus del HSV in vitro. Además, su administración reduce la recurrencia del virus y reduce la crisis de dolor. (12)
Cineol: Esta molécula cuenta con un poder antivírico muy potente tanto en aplicación tópica como en uso oral. (13) Se convierte por tanto en una molécula que podemos usar durante los brotes para impedir que el contagio se extienda y que tengamos una recuperación mucho más rápida. Podemos encontrar esta molécula en aceites esenciales de:
- romero
- ravintsara
- eucalipto
- laurel

Aplicaciones frías (compresas o baños): Una temperatura inferior a 25 °C resulta eficaz para disminuir la tasa de replicación e invasión del virus.(14) Bajar la temperatura podría ayudar a disminuir la tasa de replicación del virus y prevenir que siga su avance.

Bibliografía.

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