El hígado graso no alcohólico (NAFLD) es una condición metabólica en la que se acumula grasa en el hígado sin el consumo excesivo de alcohol. La comprensión de la microbiota intestinal en la patogénesis del NAFLD está avanzando significativamente, revelando un papel crucial en la regulación del metabolismo de los ácidos biliares.
Ácidos Biliares y su Metabolismo
El hígado produce ácidos biliares primarios que, tras liberarse en el intestino delgado, son esenciales para la digestión de grasas y la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Para que estos ácidos biliares primarios sean funcionales, deben ser convertidos en ácidos biliares secundarios por la microbiota intestinal. Este proceso es facilitado por enzimas específicas como la hidrolasa de sales biliares, 7-deshidroxilasa y hidroxiesteroide deshidrogenasa.
Impacto de la Disbiosis en el NAFLD
Una disbiosis, o desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal, puede alterar la conversión de ácidos biliares, lo que contribuye al desarrollo del NAFLD. La alteración en la actividad de los receptores de ácidos biliares, como el receptor farnesoide X, la proteína 5 de ácidos biliares acoplada a proteína G de Takeda y el receptor de vitamina D, puede modificar el metabolismo de los nutrientes y la sensibilidad a la insulina, exacerbando la acumulación de grasa en el hígado.
Además, la relación es bidireccional: el nivel de ácidos biliares también influye en la composición de la microbiota intestinal. Un desequilibrio en los ácidos biliares puede modificar la diversidad bacteriana, perpetuando el ciclo de disbiosis y NAFLD.
Avances en el Tratamiento
El artículo “The Crosstalk between Gut Microbiota and Bile Acids Promotes the Development of Non-Alcoholic Fatty Liver Disease.” resume las investigaciones más recientes sobre cómo la interacción entre bacterias específicas de la microbiota y los ácidos biliares puede facilitar el desarrollo de nuevas opciones de tratamiento para el NAFLD. Estas investigaciones destacan el potencial de intervenir en la microbiota intestinal y el metabolismo de los ácidos biliares como estrategias para tratar o prevenir el NAFLD.
Este enfoque integral podría ofrecer nuevas vías para el manejo del NAFLD, apuntando a restaurar el equilibrio en la microbiota intestinal y optimizar el metabolismo de los ácidos biliares.